Un azul intenso se extiende sin límites
una línea marca aparente fin
el cielo es un cóncavo ópalo engarzado
en el oro doliente que ya va a partir.
Las olas envuelven acaracoladas
la espuma salada y luego, al romper,
devoran las playas que quietas reposan
aceptando alegres su eterno volver.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario