Con tus anchas veredas y tus casas floridas
acunaste mi infancia allá por los cuarenta
el tren corría en los rieles con rumbo hacia Retiro
y el tranvía chirriaba su trac-trac de carreta.
Tenías señorío y simpleza de barrio
los vecinos sabíamos las historias de vida
cada uno cumplía su destino sencillo
y la familia estaba como en ramas unida.
El saludo era el signo de nuestra convivencia
los paraísos lucían el violeta en setiembre
algún jacarandá arrojaba campanas
y los pájaros iban alegrando el ambiente.
El colegio y la Iglesia eran centros de vida
las campanas llamaban a las diarias tareas
en la estación sonaban sus metálicos sones
y allí se prolongaba la casa en las veredas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario