Tu presencia (en el mundo poético) me parece sustancial, una voz lírica a la que no sólo mueve, incita el amor terrenal – sostenido y ferviente – sino el amor a Dios, la fe en los viejos valores y la aspiración a alcanzar certezas, a desvelar enigmas, a avanzar hacia la verdadera luz del universo.
Los poemas, a través de tu decir cálido, sin falso engolamiento, provocan una gran calma espiritual, no sin que cierta inquietud interior desasosiegue un instante y despierte las conciencias a la reflexión metafísica.
Son hondos, de gran lirismo y belleza formal…
Tu vena más auténtica es la poética…
Hebe Campanella
22/08/2010
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