Querida María Esther
Recibí “El alma que cuenta” y “Telarañas”, dos hermosos libros que debo decirle leí con emoción profunda.
Las historias reflejan de un modo muy simple situaciones que solo una persona con gran sensibilidad puede plasmar en estas breves historias de mujeres.
Admiro en cada cuento, el poder de síntesis que tiene para describir con muy pocas palabras situaciones tan profundas, que posiblemente el resto de la sociedad siquiera se detiene a observar, y pasan a nuestro lado, tantas Rositas, Marianas, Marinas, en fin seres humanos a veces con la mirada fija encerrada en su dolor, telarañas, quien sabe que cosas.
La intervención de citas del evangelio le dan esa espiritualidad y sabiduría que no todos seguramente comprenden por no han tenido la oportunidad de detenerse a analizar en la vorágine del tiempo que no toca vivir.
Las ilustraciones de Erika son muy bellas y le dan ese toque de prolijidad y excelencia a las poesías, que reitero, son de una gran profundidad.
Posiblemente, los que perdimos a algunos de nuestros padres o ambos de jóvenes (mi papá se fue con el Padre cuando yo tenía 15 años), maduramos más rápidamente y aprendimos también más rápidamente a alimentar nuestro espíritu para sobrevivir muchas veces a los desafíos y obstáculos que nos presentó la vida.
Sentí que muchos de los cuentos y las poesías reflejaban la pérdida de sus padres y algunas descripciones me llegaron a emocionar y se me escapó alguna lágrima.
Luego la otra parte, la de las nuevas generaciones, Mercedes, Florencia, M. Paula y Esteban, los vi crecer y ahora que veo la dirección de correo electrónico “losdipasquo”…
Creo que nada podría representarlos mejor, porque debo decirles que para mí siempre fueron “los di Pasquo”, cada uno con su Ser pero formando parte de una unidad, una familia.
Leonor Tiberio
07/08/2009
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