Querida María Esther:
Recibí el libro con tus poesías y sentí una gran emoción.
Primero acariciar el objeto libro. No sé si a vos te pasa…Tal vez sea así para todos los que amamos la literatura.
Después al título, “Telarañas”, la ilustración, tu dedicatoria con la misma letra firme y decidida que veo en mi “manuscrito incunable” y luego tu foto. Desde ya que hemos cambiado en más de cincuenta años, sin embargo tu mirada es la que yo recuerdo, también tu sonrisa.
Y así, inmediatamente, me fui dejando llevar por las telas de la araña, ricas telas, que cambien en diseño, que siguen sin embargo una unidad de artista sensible, de mujer que recorre todo lo simple y profundo de la vida. Soy una lectora ávida que luego de una primera recorrida, retorna. Tus poesías merecen el retorno, a todas, a alguna en especial, todas y en cualquier página han tocado mi sentimiento. Es muy hermosa tu obra María Esther y ha sido una gracia especial que la haya podido compartir contigo.
Decir “te felicito” no me sale, más bien diría que celebro tu corazón abierto en esto poemas bellos.
Tiene además un diseño tal que estás junto a tu nieta, hermosa niña, recorriendo los hilos de esa tela que es la vida misma, lo cual me inspira una honda ternura.
Gracias María Esther por permitirme recorrer juntas un momento de tu vida, de esa vida de las jovencitas que fuimos y que por esas cosas de Dios, se reencuentran en el tejido fino, delicado y único de la tela de una araña.
Te abrazo con todo mi cariño.


María Marta Martínez
15/11/2008