Cada noche espero
un nuevo amanecer,
un nuevo sol.
El viejo sol que cumple
su inexorable ruta.
Creemos que él se esconde
pero somos nosotros
los que giramos y
a veces no lo vemos.
Siempre estamos girando,
no es Dios el que se esconde
cuando no lo vemos.
Él siempre nos espera.
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