Mateo 21, 33 – 46
Tú nos diste Señor, esta viña
llena de frutos sabrosos
que debíamos cuidar
para brindarla a los otros.
Y enviaste, Señor, a elegidos
para cosechar la siembra,
no entendimos el mensaje
y la respuesta fue guerra.
Matamos a los profetas
no aceptamos enviados
quisimos ser únicos dueños
de tus hermosos sembrados.
Y por fin llegó tu Hijo
a buscar frutos del huerto
ninguno quiso aceptarlo
y en la cruz terminó muerto.
Hemos perdido la herencia
de aquella viña arrendada,
Señor, rescata a tu pueblo
que está ciego y no ve nada.
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