“Hagan esto en memoria mía”
Lc. 22. 19-20
Te quedaste, Jesús, entre nosotros
en dos sustancias simples, conocidas,
el pan que nos entregan los trigales
y el vino que las vides nos convidan.
El misterio de amor que nos dejaste
al transformar tu carne en la comida
para ser una ofrenda por nosotros,
junto a tu sangre, es protección y guía.
Eres centro de unión de los cristianos,
eres fuerza vital que nos anima,
eres amor total, sin egoísmos,
eres Pascua brindada cada día.
Sólo a través de Ti nos salvaremos,
eres amor, camino, paz y vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario