Ilustraciones

Ilustraciones

viernes, 20 de agosto de 2010

Susana

Querida Julia:
Se que debería decirte, lo siento mucho y que comparto tu dolor, pero no quiero mentir.
Hay una parte de la historia de Jorge que me pertenece y quiero que la conozcas.
Aquel verano en “Los Tilos”, cuando Jorge llegó, me sentí deslumbrada, sus ojos profundos y sus rasgos varoniles me atrajeron. Aunque nadie lo supo, en ese mes de enero nos amamos profundamente.
Cuando íbamos a dar a conocer nuestra relación, recuerda que debimos partir hacia Polonia para que papá se ocupara de la empresa familiar.
Nos despedimos en secreto y aunque prometimos amarnos para siempre, no nos vimos más.
Cuando llegó tu carta en la que anunciabas tu casamiento con Jorge lloré en silencio durante muchos meses hasta que apareció Carlo.
Sabés que fue un buen marido y que estamos orgullosos por haber formado esta familia; desde que murió Carlo, los nietos son mi mayor felicidad.
Pero durante estos treinta años viví una vida paralela.
Todas las noches he soñado con Jorge y viví con él un amor onírico pero apasionado.
Al principio sentía escrúpulos por esta mágica relación y traté de confesarme, pero el sacerdote siempre me respondía:
- Hija, los sueños no son materia de confesión.
Y así me acostumbré a compartir mis días con dos hombres.
Cuando recibí tu carta donde me decías que Jorge había muerto sentí una gran felicidad porque entró ya en la dimensión de mis sueños.
Ahora puedo acallar mi culpa y cuando nos encontremos los cuatro, será sin rivalidades.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario